el 31 de octubre de 2008 llego a madriz, de la coruña, por primera vez en tren nocturno; soñé dentro de una curva que descarrilaba el sueño, era dulce, pero no. Llego a madriz, por la noche
John Giorno recita en Arrebato, lleva los textos dentro, diríamos, flota con ellos / él los llama, creo,
vientos sutiles. Un día, dos: 2 de noviembre, domingo, paso ocho horas y media en la obra de
Robert Lepage llamada
Lypsynch. Una reflexión sobre la voz, variaciones acerca de la afasia, el doblaje, la mudez, teatro – como dice Eva Chinchilla – después del cine que vino después del teatro; más grande que la vida, digo yo, más grande que la vida después del teatro. Ocho horas con cinco pausas innecesarias para comer y coger carrerilla. El 3 me corto el pelo, creo. El 4 voy a
Urtain, de Animalario, el texto es corto, el protagonista un capo interpretador. El 6
Carmen Camacho recita en La Casa Encendida y brilla mucho. Un día después
Brook va a la Abadía / me gusta de la obra que ante la pregunta por qué sea el teatro (o, digamos, siempre digamos aunque no lo diga el autor, la poesía) la actriz desdoble un papel que lleva escrita como respuesta:
warum warum. Eso. Por qué por qué. Ah, pues no sé.
Circo de Pulgas unplugged se despide, mi corazón late al compás. Creo que es aquí cuando me corto el pelo, no me acuerdo.
Rodrigo García, el Matadero, re-cuenta el 2 de mayo sin mencionarlo, para qué conmemorar siendo no nosotros quienes murieron sino otras pobres carnes de cañón, “mientras haya ejércitos, habrá guerrillas”,
Versus: porno, acciones, murga, pank, comida basura, vida basura, actores más grandes que la copa de un pino de un centro comercial. Me gusta mucho. Hubo una noche después, que empezó - y nunca terminó - con un grupazo llamado
Moonstones, con Sole y Quenna y una carrera a lo largo de la calle Preciados: lo cuento porque fue una gran actuación en un gran escenario vacío.
Granada por el día sol, por la noche frío.
Berlín, por el día frío, por la noche más frío. Entre el frío
Theodor di Ricco se envuelve en papel de páginas amarillas y rueda por una calle empedrada de Mitte como si fuera un bulto, un fardo, un resto, hasta encontrar una farola.
Rafa Suárez invita a vino
tapado con mojama: tapa, regalo, inversión. Ya estamos en el terreno de dar, de dar mucho.
Pepe Murciego bebe una botella de vino completa dentro de diferentes medidas de un corazón / hace un exceso de amor, amor dedicado. Esto es lo que vi gracias a una combinación rocambolesca de amistad, vino, falta de sueño y entradas del festival de otoño compradas en verano, cuando todo parece posible. Y aún así me perdí todo, madriz, la impazienzia. Lo que vi fue esto; a lo que asistí, no obstante, fue a otra cosa: una lista de nombres de personas que no anoto, su conversación, su compañía, su sabiduría, su paciencia para explicarme el porqué, el
warumwarum, de estar aquí al frío y a las cosas, gente que habla y yo la escucho, qué suerte. Como dijo, 25 de noviembre, para terminar el mes y la salud,
Claudia Faci, la madre del cordero no: del tigre
, Agnés: hay otras cosas fundamentales para la vida, pero fundamentalmente nos gusta hablar de la
trama de amor que la conforma. Trama de nombres que no digo. Sé que existe, tiene que haberlo, un comisario prometeico anotando estas asistencias e inexistencias e imprecisiones y exageraciones y desmesuras y ficciones que tendemos a elaborar para contar lo que creímos ver. Sé que ha tachado el comisario en su cuenta de mi cuenta, a cambio de este mes, varios meses de vida paga / pero como escribe
Rodrigo García, en otro sentido y lugar: “Ya sentía desde hace rato que el tiempo era abundante, pero ahora lo tengo claro de una puñetera vez.” Paro miro sonrío
por motivo. Se me ocurre que la gripe es un pequeño prometeo.