Mayo de 2008: Jessie Evans, versión californiana-berlinesa del físico de Angélica Liddell, se vuelve electricidad entre el público. Baila espasmódicamente. Provoca daño mirarla, es un exceso doble o triple ante los ojos. Cabaret voltaico. Su compañero, un batería frenético exquisito vestido de mod caballero. Pienso en la palabra energúmena. Discuto con Matías su etimología. Fuera de la norma, fuera de la horma, fuera de la ergonomía, like electricity, mammma, quiero ser como ella. Volverme un radical libre, una radical sónica sibarítica cabareteíca extrasistólica. Y como Lydia Lunch de un micrófono al otro, spoken word del limpio. Y como KaCoSónia, ella sola sostiene un escenario, tres idiomas y dos géneros al menos, mientras recita y se traviste y esto sí es poesía dura. Y Eva Chinchilla recita Bonita y se sobra con el público, pregunta ¿Quién eres tú? Y las New Bloods, tres chicas de Pórtland mezclan la voz la caja y el violín alternativamente música. Energúmenas, por la mañana vuelven a casa a condensar de nuevo en cuerpo su electricidad. Su rabia. Mensaje que se transmite por cortocircuito directo, ante tus ojos, entre tus manos, se puede tocar. Luego sigue la fiesta y es una fiesta distinta porque las ladies se hicieron con la primera fila. Está llena de amor impreciso la sala. Amor a la imprecisa electricidad de la desmesura de espalda y corazón. Ladyfest es autogestionado, es do-it-yourself, es feminista y se nota: se siente de pronto la pertenencia sin propiedad privada, el arraigo sin chantaje, el baile liso y llano. Yo por menos no dejo de dormir y comer dos días seguidos para celebrar la emoción, mammma, de aprender tanto (y encima cantar con mi banda punk !!!). Quiero que no se me olvide quiero que no se me olvide / quiero trabajar tanto este recuerdo que se grabe en mi hombro derecho como el ancla tatuada y sudorosa de jessie evans.
21.5.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
yo te añado a pie de post una pequeña lágrima interna, una fotocopia de esto que yo creo que escribí o escribiría también subconscientemente, para pegarla en mi diario y sí, que no se me olvide, que no se me olvide, porque yo soy muy dada a dejar los recuerdos para los nietos, pero esto fue muy grande y muy vivo y no se puede esperar tanto para rememorarlo.
gracias manager, nunca lo olvidaré (que no se me olvide).
(esto eran palabras al tun tun, o sea sin pensar, a lo catarata)
s.
Publicar un comentario