El té se toma oscuro y en taza chica.
Los vecinos no saben tomar té
le ponen leche y azúcar para apagarle
el gusto asiático. A malaria.
Lo toman tibio a la noche
con bastones de pescado frito
y no antes o después del arroz.
Una cosa te digo:
que no se vean hebras en el fondo de tu taza
y que no te escuche decir que perdiste
una herramienta en medio del trabajo.
Escuchar música
todo el día, todo el día
quiero y trabajar de noche
un trabajo liviano pido
cuidando plantas
en un vivero (del
otro lado de la vía)
donde uno se pueda
sentar en una casa de vidrio
a sacarse de la cabeza
el zumbido de la dignidad.
[Martín Gambarotta, Seudo;
Bahía Blanca, 2000, Vox]
6.12.08
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