esta semana se me ha hecho larga porque lo de irse de un lugar desrealiza un poco los días. Estar sin estar y haberse ido no llena el tiempo. También me enfadé con la antigua ciudad de ny, llevo una temporada enfadada con sus antiguas estrellas
todo comenzó un día que en el cine echaban un documental sobre los Weathermen Underground. La Weather Underground era una guerrilla urbana blanca de los 70 que nació a imitación de los black panthers. Como es ny, pues no se conformaron sólo con proyectar la peli sino que, ya de paso, hablaron el director y uno de los protagonistas, Mark Rudd, un líder muy conocido del movimiento antivietnam y del sindicato de estudiantes universitarios antes de pasar a la clandestinidad. Hay un momento tragicómico del documental en el que se ve a un periodista a las puertas de un juzgado comentando la noticia de que Rudd se ha entregado y está negociando su pena con la fiscalía; dice el periodista que su padre dijo aproximadamente bueno, tiene treinta años y no ha hecho nada en la vida, es hora de que empiece a sentar la cabeza. Y efectivamente el tal Rudd va y sienta la cabeza otros treinta años y llega a un cine del West Village una tarde, se pone a hablar y nos destroza la película, destroza su discurso y su propia vida, se ríe de sí mismo en el pasado. Al final tiene que intervenir el director, más joven, para contextualizar las cosas y defender un poco las ideas que en su día debió de tener Rudd. Pues vaya
el día 1 de enero me desperté de mis resacas para asistir a la famosa maratón poética anual del famoso Poetry Project, en el East Village. Mira qué me apetecía ver en acción a las estrellas del firmamento mitológico underground, pero el coso me decepcionó bastante. El Poetry Project es una iglesia (Sant Marks in the Bowery) que fue cedida a lxs poetas en 1970 creo. Algunas de las lecturas más míticas de por aquí sucedieron allí, como la primera vez que Patti Smith leyó y se comió al público newyorquer. El caso es que el sitio no está decorado, sus paredes son de blanco a beige y no hay ningún tipo de bonita iluminación. La entrada cuesta carilla. Y los viejos famosos punks (Legs McNeil, Penny Arcade, gente así) me dieron más pena que alegría. Sólo me gustó Jonas Mekas, qué tío más grande. Y John Giorno, claro, pero a Giorno lo había visto ya en madriz, eso no cuenta. Patti Smith, eso sí, recitó como iluminada por un rayo rimbaudiano
el remate de mi enfado fue hace tres días, cuando di un salto a cuatro calles de casa para ver una obra de la también famosa compañía desde hace ni se sabe The Living Theatre. Dramatizaron dramáticamente unos poemas de la poeta activista anarquista Anne Waldman - pues ya ves, un desastre o, mejor, un drama. Los actores no paraban de moverse, de pasear vestidos de negro, de cantar slogans y de tratar de que el público bailara en ondas hippies insoportables. Jo, pienso que la fantasía de participación de cierto arte contemporáneo desde los 60 empezó a ser dañina una vez que triunfó. Hasta que triunfó la idea de que el público debía participar; supongo que las invitaciones e interpelaciones a hacerlo eran agresivas, tensas, desesperadas, variadas, originales. Una vez que el público se lanza al ruedo sin necesidad apenas de que le provoquen o emocionen (en esa obra no había ni una pizca de verdad) lo que se pierde es esa bonita naturaleza entre burguesa y resentida del público que se resiste a ser tocado o a ser maltocado, el público violento
me enfadé muchísimo en plan holden caulfield, me entraron ganas de que todos los actores del mundo actuasen a partir de ese momento metidos dentro de un armario; en fin. En fin, todos esos enfados tal vez puedan rebajar un poco mi mitomanía, lo cual es saludable. También me animan a pensar una cosa: cada vez somos más listxs, en general, como cultura(s) y como generacione(s); de verdad que lo creo
todo comenzó un día que en el cine echaban un documental sobre los Weathermen Underground. La Weather Underground era una guerrilla urbana blanca de los 70 que nació a imitación de los black panthers. Como es ny, pues no se conformaron sólo con proyectar la peli sino que, ya de paso, hablaron el director y uno de los protagonistas, Mark Rudd, un líder muy conocido del movimiento antivietnam y del sindicato de estudiantes universitarios antes de pasar a la clandestinidad. Hay un momento tragicómico del documental en el que se ve a un periodista a las puertas de un juzgado comentando la noticia de que Rudd se ha entregado y está negociando su pena con la fiscalía; dice el periodista que su padre dijo aproximadamente bueno, tiene treinta años y no ha hecho nada en la vida, es hora de que empiece a sentar la cabeza. Y efectivamente el tal Rudd va y sienta la cabeza otros treinta años y llega a un cine del West Village una tarde, se pone a hablar y nos destroza la película, destroza su discurso y su propia vida, se ríe de sí mismo en el pasado. Al final tiene que intervenir el director, más joven, para contextualizar las cosas y defender un poco las ideas que en su día debió de tener Rudd. Pues vaya
el día 1 de enero me desperté de mis resacas para asistir a la famosa maratón poética anual del famoso Poetry Project, en el East Village. Mira qué me apetecía ver en acción a las estrellas del firmamento mitológico underground, pero el coso me decepcionó bastante. El Poetry Project es una iglesia (Sant Marks in the Bowery) que fue cedida a lxs poetas en 1970 creo. Algunas de las lecturas más míticas de por aquí sucedieron allí, como la primera vez que Patti Smith leyó y se comió al público newyorquer. El caso es que el sitio no está decorado, sus paredes son de blanco a beige y no hay ningún tipo de bonita iluminación. La entrada cuesta carilla. Y los viejos famosos punks (Legs McNeil, Penny Arcade, gente así) me dieron más pena que alegría. Sólo me gustó Jonas Mekas, qué tío más grande. Y John Giorno, claro, pero a Giorno lo había visto ya en madriz, eso no cuenta. Patti Smith, eso sí, recitó como iluminada por un rayo rimbaudiano
el remate de mi enfado fue hace tres días, cuando di un salto a cuatro calles de casa para ver una obra de la también famosa compañía desde hace ni se sabe The Living Theatre. Dramatizaron dramáticamente unos poemas de la poeta activista anarquista Anne Waldman - pues ya ves, un desastre o, mejor, un drama. Los actores no paraban de moverse, de pasear vestidos de negro, de cantar slogans y de tratar de que el público bailara en ondas hippies insoportables. Jo, pienso que la fantasía de participación de cierto arte contemporáneo desde los 60 empezó a ser dañina una vez que triunfó. Hasta que triunfó la idea de que el público debía participar; supongo que las invitaciones e interpelaciones a hacerlo eran agresivas, tensas, desesperadas, variadas, originales. Una vez que el público se lanza al ruedo sin necesidad apenas de que le provoquen o emocionen (en esa obra no había ni una pizca de verdad) lo que se pierde es esa bonita naturaleza entre burguesa y resentida del público que se resiste a ser tocado o a ser maltocado, el público violento
me enfadé muchísimo en plan holden caulfield, me entraron ganas de que todos los actores del mundo actuasen a partir de ese momento metidos dentro de un armario; en fin. En fin, todos esos enfados tal vez puedan rebajar un poco mi mitomanía, lo cual es saludable. También me animan a pensar una cosa: cada vez somos más listxs, en general, como cultura(s) y como generacione(s); de verdad que lo creo
4 comentarios:
el otro día estuve viendo a Oskár Gomez con su compañía L´Alakran, "Oprimistic vs Pessimistic", participación con el público no-forzada, punk, crítica divertido-social... interesante, recomendable.
te sigo, me gusta
un saludo
hola, me encantaría ver esa obra que dices, ¿dónde la echan?
un abrazo,
m
Yo también lo creo, María. Descaradamente, tenemos más tablas como generación. Otra cosa es adónde nos llevará eso. ¿Has visto algo del Def Poetry? Lo vi el otro día por el Youtube y me acordé de ti y de este post.
Besazos.
Hola María, lo de l'alakran ya pasó, no sé si irías a verlo era en Escena Contemporánea.
Conoces el libro de Jose Antonio Sánchez. Prácticas de lo real en la escena contemporánea. Si no, te lo recomiendo
saludos
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