polas
fendas das pedras das casas respira / a historia do mundo * Todo
o mundo precisa alghún día de monte * Desde esta casa vese o mundo
enteiro * saímos á vista do mundo sen bolso nin pau / á escoita *
Dentro de Alén e de Vilar, se miras por un buratiño podes comprobar
que cabe o mundo ou, alomenos, un mundo * Os contos de Manolo
retratan o mundo. Queres dicir un mundo, corrixiu ela, A Outra. Non:
todo o que eiquí nos están a contar é a historia do mundo en
pequeniño, en tamaño foto de carné * Fai falta tempo para abrir un
mundo * PÓDESE ESTAR NO MUNDO COMO ESTÁ UN PINO NO MONTE OU UNHA
NUBE NO CEO? * Despois aprendeu a chorar diante da xente, que o mundo
é moi ghrande e os carballos non son donos da súa sombra * Todo o
mundo respetou sempre as ghaliñas. Eu sinto que se digho respectou
estoulle faltando ao respeto a alguén, incluso a min mesma * Teño
unha filla, si, tívena contra o mundo, ela é a miña flor, non me
toques, que queimo * Alghús rapaces facían traballos que máis
semellaban ser para bois ca para nenos, había que aprender a vivir
naquel mundo * maldita estación marítima, maldito barcos que fuxían
coas nais de todo o mundo * ese tango / meu ben! / o lombo ergueito
ergueito / por enriba do mundo * A min paréceme que sen memoria non
se pode entender o mundo * Aí están as túas raíces, pequena, dese
mundo vés ti, non o esquezas, non hai tanto que foi * do lado de
alá da raia de aquel monte non se acaba o mundo / quen o diría (fragmentos de Tu existe, La uÑa RoTa, 2023) ...
arde u que? / u mundu / arde el mundu
(fragmento de Co Co Co u, La uÑa RoTa, 2017)
Mundo
es una palabra que nos une a Luz y a mí porque nos gusta y porque la
usamos mucho, no sé por qué, aunque sospecho que no tiene que ver
con su gran utilidad, pero es verdad que es muy útil.
Porque
qué significa mundo exactamente.
Pienso
que algo muy exacto no puede significar porque básicamente significa
todo todo lo que hay, el “conjunto de todo lo existente”, según
el diccionario, lo cual no es muy exacto porque por ejemplo las cosas
como el vapor no son muy exactas en sí como para decir que
exactamente están o no están en el mundo. O las latencias y
presencias de los muertos. O las madrugadas. Son un montón de
detalles estos que se nos escapan y decimos mundo un poco para que
quepan todas.
Y
luego que en ese conjunto también estamos nosotrxs incluidxs, así
que todo lo que hay es también todo lo que nos contiene, así que
aunque lo veamos y conozcamos, también lo dejamos de ver y lo
desconocemos, porque a algo de escala tan grande no te puedes
aproximar de una vez sino de a pocos y por partes.
Por
eso cada una cuenta su mundo, un mundo, a la espera de que componga
el mundo, con más o menos pretensión de universalismo según una
pertenezca más o menos al subconjunto blanco, masculino, burgués y
letrado que considera que su mundo es el mundo, y lo demás son
músicas del mundo, folklores, supersticiones, márgenes.
Luz
Pichel lleva muchos libros en muchas lenguas contando un mundo muy
propio, es decir, de mucha más gente que ella conoce y se encuentra,
en sobre todo Galicia en sobre todo las aldeas del Valle del Deza, y
en sobre todo Madrid, Alcobendas, Puente de Vallecas, y de ahí a
todas partes, digamos, porque es imposible contar el mundo gallego de
aldea sin pasar por Venezuela, y Buenos Aires o Sao Paolo, o como
sale en mi libro Sale, por Nueva York o Alemania.
Ese
mundo muy propio de Luz Pichel ahora se desplazó unos kms hacia la
zona del Xerés, en la Baja Limia, en Orense, cerca de
Portugal, y muy cerca también de las aldeas de donde viene mi
familia, con la que, por cierto, yo conseguí hablar, es un decir,
gracias a la poesía de Luz Pichel.
Hay
muchas diferencias entre este libro de Luz y los demás suyos, como
entre los demás suyos y los demás suyos, pero la única diferencia
que vi entre este libro de Luz y los demás suyos es la que pueda
haber entre el cine documental y el cine de ficción pero no de Hollywood, sino este cine que trabaja con lo que se llama "actores
naturales", como Pasolini hacía, o como Glauber Rocha o Pedro Costa.
Claro
que en poesía es más difícil hacer la distinción porque ¿es la
poesía un género de ficción exactamente?
Bueno,
yo exactamente no lo sé, pero sí sé que TU EXISTE suena más
documental, o sea, tiene una textura en que se ve mejor que en los
otros libros suyos de dónde vienen las historias que cuenta o las
frases que luego la loba de ella reconstruye como versos increíbles
en sus poemas; como por ejemplo usar “loba” no como adjetivo
exactamente despectivo, sino cariñoso, pero también provocador,
vacilón, y hasta sexy, diría, y gracioso; no en vano en el poema
que sale "loba" salen Whitney Houston y Sinnead O'Connor al lado de Olalla Cociña y
Ángela Segovia, y salgo yo misma con mi nombre en gheada, Salghado.
También
salen los nombres de los santos y los nombres de los pueblos y los
nombres de aldea que contienen Vilar en el nombre, porque también un Vilar puede ser el Vilar, y un Alén,
el Alén, etc.
Pero
decía que es más documental porque aunque en otros libros de Luz ya
hay un juego con la voz que dice en el poema, y con las voces de a
quienes esa voz habla en el poema, y con la norma con quien esa voz
que dice se relaciona (con Brodie, por ejemplo, en Co Co Co U), en este libro es aún más notorio
que hay una que anota, digamos, y se va mezclando con las voces de otrxs
que están literalmente enfrente o mirando por arriba del cuaderno.
La voz
esta, que es la de Lucita de Pichel que se anota en la lista final, dice
en un momento: “nada sei do lughar” y luego dice en otro momento:
“Como é que se me fai todo tan coñecido / sen ter estado antes
aquí, eiquí?”
Y esta
extrañeza de la que habla esta voz, yo creo que le trae tonos y
tintas y matices nuevos a las voces de los otros libros de Luz. Diría
que esta voz está algo menos cargada, y diría que sonríe la mayor
parte del tiempo, del gozo de escuchar, probablemente, y también del
de no ser la portadora de la historia, por más que las historias del
Xerés se parecen a las de Alén y a las de Riós, que es el
ayuntamiento al que pertenece mi aldea.
Las
historias en TU EXISTE se van amontonando y cruzando a un ritmo
fresquísimo, como para no llevarnos al pozo del dolor del que
hablan, que es mucho y muy hondo y muy explícitamente mencionado en
este libro como fascismo.
El
maestro fascista que pegaba a les niñes, la metáfora del zueco que
a una le aprieta el cuello y no puede respirar, la violencia ejercida
contra las abejas ya que no se puede ejercer contra el maestro, los
intentos de violación y las violaciones, el nombre de la abuela que
no está escrito en la lápida en que sí está escrito el nombre del
abuelo, las madres que migran y dejan a sus bebés solitxs y sin
besos, la chavala que migra y termina casada con el señor que la
contrata, pero como ese señor es bueno, ella tiene mucha suerte.
Todas
estas historias yo también las oí no solo en la aldea sino en
casa sobre gente de mi familia que para el caso da igual que sean de
mi familia, porque de lo que hablan tiene una historia mayor, que se
llama patriarcado, capitalismo, nacionalcatolicismo, o incluso el
mundo, el mundo tal como viene siendo tristemente y tal como va
siendo procesado a las tardes en la conversación continua que es
Galicia por las tardes, la gente saca la silla, se visita en la
cocina y cuenta historias propias y ajenas un poco como Luz en TU
EXISTE, aunque con otro ritmo distinto, diría yo.
Algunas
de estas historias pasaron en muchas partes, no solo en Galicia,
sino en Espania, donde también hubo una dictadura por todas partes, y
a lo mejor por eso resonaría el libro de Luz Pichel en alguien de Valencia o de Madrid que lo quiera leer, ya que además no solo contiene
historias sino sensaciones, sentimientos, reflexiones, versos muy
memorables.
Pero
hay un eje que yo no sé si se ha sentido igual en toda toda la
península, y que es muy difícil de captar y transmitir, pero para
mí este libro consigue de forma memorable desde el título tan
extraño de TU EXISTE, que en este libro es a la vez un ERROR (porque
le querían decir al maestro “tu es iste” y no "tu existe", como Luz anotó) y un conjuro para
echar al maestro y, sobre todo, para mí, como lectora, es un conjuro para existir.
Creo que
la vergüenza en Galicia es muy intensa. Es como una losa sin nombre
escrito, y se hereda, pero de muy antiguo, es una vergüenza muy
antigua, o al menos en la Galicia que yo he conocido por
experiencia, es una vergüenza con la que he tenido que lidiar,
digamos, y tiene que ver con un error casi como de partida, algo como
un pecado original, como el del cuerpo abierto porque no le dicen
bien el credo al nacer que sale en este poema del libro de
Luz que le pedí que me grabara para escucharlo muchas veces:
Casi como
en el mito de Orfeo, que por un segundo que se gira, pierde a
Eurídice.
Pues aquí sin ni siquiera ser tú quien puede decidir o ser decididx a
girarse: si alguien hace mal la pausa del credo, te abriste en canal
para siempre y ya no le hay nada que hacer, y es como si el error ya
fueras tú, como si el error ya fuera nacer.
Entonces,
claro, cuesta luego un montón mantener la existencia en este mundo,
no es algo que esté dado, digamos, cuesta quedarse dentro del
conjunto de todo lo existente y existir para alguien, en la lápida
escrito tu nombre, desde luego, pero ya no digamos más allá de la
aldea, afuera.
Por eso
se me hace una locura queer y hermosa que ese error divertido e
inocente con que se interpreta mal las palabras al maestro violento se
vuelva una manera de echarlo activamente del pueblo, que es una
manera de existir: salir del zueco, salir del sometimiento.
Y por eso
se me hace de una hermosura y potencia demasiado radicales que Luz le
diga a la abuela sin nombre "TU EXISTES", y que le diga "existe Vilar, non desaparezas" a todo el Vilar
do Xerés que en el verano de 2023 le contó todas esas
historias con las que ella les hizo existir
más y con las que hizo existir más a ella con ellos y a nosotras con ella y con ellos, y así,
porque para eso sirve la ficción de todo tipo, para vivir vidas más vivas,
digamos, sentimientos más auténticos, memorias más significativas. O como
dicen unos versitos hermosos del poemario:
cando
se xuntan varias memorias pode pasar / algho bonito un estalo de
luces / no aire algho así / coma nas festas
María Salgado, marzo 024