"aún tengo jet lag, pero no sé si es por eso que apenas 
duermo. Me he desvelado a las 6 y media de la mañana, y me he puesto a 
sonreír como una ninha.
anoche comí taco al pastor, taco de mole 
verde y una tosta de ceviche de pescado. Bebí cerveza de barril, 
campechana. Era un encargo que tenía y me supo muy rico. Fue por el 
centro, nos llevaron gentes de acá. Estaba Gustavo, de la editorial  argentina
 Vox (no sabíamos que veníamos, se ha cruzado con este festival una 
feria de edición independientes), que me preguntó por Euraca.
 Lo que más me chanó es que después de cenar me dijera "y lo mejor es la 
poesía" - que yo creo que quiere decir siempre algo diferente a lo que 
suena, pero es que siempre me pone contenta escuchar eso. Anoche 
hablando con tipxs tan consistentes y a la vez apasionadxs, tan poco 
cínicxs, me acordé de lo bonito que es el sur de america (aprox) a 
veces, cuando es así. Me enamora un poco
antesdeanoche, al llegar al df, bebí tequila un poco de más, detrás y
 encima justo de la catedral. Hasta que se me reposó el cerebro. Y aún 
así no pude dormir muchas horas luego, me duele la tripa todo el tiempo
anoche había una pieza preciosa, de una artista llamada Verónica Gerber. Se veía 
desde la azotea del centro cultural de españa, que da detrás del zócalo,
 a la catedral y los palacios. Sobre edificios antigüos había 
rotulado en braille los nombres de bibliotecas desaparecidas a lo largo 
de la historia, y la fecha de desaparición. Era un texto ilegible para 
todo el mundo, hacía falta enterarse del código. Me encantó que los 
círculos parecían agujeritos de los edificios. Me pregunto si no 
deberían dejarlos allí escritos para siempre
poco antes de la noche se escucharon tiros de a policía contra los 
manifestantes que protestaban por los encarcelados en la mani contra 
Peña Nieto. Está dura la cosa, cuentan, por acá. Un muerto, 150 
detenidos - incomunicados enfrentados a penas largas; sin seguridad procesal, se diría
me duelen los ojos en el df. Por la mañana es por la luz, creo, que cae 
muy blanca sobre la ciudad, en ángulo más recto, imagino. Y luego por la
 contaminación, creo, bastante loca. Pero también es que está todo muy 
lleno de cosas de mirar. Es un flipe. Es un barroco popular que me 
emociona. Los letreros, madre mía, podría vivir de leerlos todos
ayer en la casa de frida kahlo y luego en la casa de trotsky, pensé 
que del XX, antes de los 60, de los diez a los treinta, sobre todo me 
gusta que las cosas tenían contorno, eran cosas bien sencillas y bonitas
 (unas gafas, un pijama, un cucharón, una muleta) y las personas de las 
fotografías tenían rostro. Frida más que ninguna. También había viajes 
utópicos, digamos. Vidas abiertas. Por ahí eso está regresando, pensé. O
 a mi me gustaría que regresara. Tener pocas cosas, lindas y portátiles.
 Viajar utópico. Hacer por hacerse un rostro, una presencia. Está 
pasando eso, estoy segura
quería escribiros esta carta, no sé, estoy desvelada
querría no irme de aquí en mucho tiempo, y aún así regresar a madriz. No me preguntes cómo, pero creo que se puede"