de Lima traje muchos libros peruanos - pero también muchos libros argentinos porque al Taller Iberoamericano de Edición Independiente & a la feria de Edición Independiente CONTRA a los que asistí, asistió también Gustavo López de la editorial de Bahía Blanca Vox - que es la editorial que ha publicado a algunos de los poetas de la historia reciente que más me gustan o que más me estimulan en el mundo. Entonces fue un viaje de geopoéticas cruzado por el cual terminé leyendo Hombre de Cristina, el último libro de Washington Cucurto mientras comía cebiche y bebía tres cuartos de litro de cusqueña en el barrio pesquero de Chorrillos. Me gusta de Hombre de Cristina ('Cristina Kirchner', por si acaso no se entiende) la provocación gráfica (hay collages con caras de Darín, de K, de gente así) y semántica de dedicarle un libro a una presidenta (peronista de aspecto semiseudojackiekennedyano) y a su proyecto económico; los poemas de economía, por tanto. Y ambiguo ambiguo. ¡Uh! (link a poema). Pero me gustó más el libro suyo del año anterior, El hombre polar regresa a Stuttgart que relata, entre otras cosas como el nacimiento de su hijo Ramón o la enfermedad de su hijito Baltazar Vega, una residencia artística en algún centro cultural europeo donde los artistas hablan varios idiomas y son lindos. Donde los artistas son de estilo internacional, digamos, frente al local universal de Cucurto - link al poema. Y más estos versos:::
La venta ambulante es de las cosas más lindas de las ciudades: ferias, puestitos, cositas en el piso, paraguayas, pollitos, gallinas, cds de cumbia grabados; la gente que se arremolina, como renacuajos recién nacidos y la vida se entusiasma de estar en el Gran Buenos Aires y no en Marte o en Venus. ¡Qué lindo que la vida se entusiasme con nosotros!
Teniendo en cuenta que el del año anterior, La pajarera de Once, y su poema primero, "¿Quién soy?", es a lo mejor mi preferido de él de siempre. ¿Hacen los 3 trilogía? No sé, a mí me gustan mucho en fila. Encuentro hilos. Como este de cuestionar el peso cultural de los desaparecidos a partir de una ausente cultura política de los pobres y negros. En Lima también conseguí una, sino su primer, publicación de Cucurto en la editorial Eloísa cuando Eloísa todavía no era cartonera. Y el fanzine CeciyFer en el que Fernanda Laguna y Cecilia Pavón se escribían sus cosas de todo tipo tipo pop tipo chat tipo charlita de la vida muy osada, veo yo, a su modo riot grrl tipo también. "Para mis amigos: esto es la venganza del entretenimiento. Para mis enemigos: esto es el entretenimiento de la venganza. (Gonzalez)" Y tipo redacción escolar, preciosa preciosa, fotocopié Bajo cero de Damián Ríos. Cómo me gusta Ríos, es lo más.
Y conocí a Mariano Blatt, del que encontré dos poemas perfectos gracias al poeta Milton López, que me los enseñó. Gracias gracias, Milton. Habrá quién no entienda de poemas y sí de obras. Yo por dos poemas perfectos justifico un viaje de dos semanas al otro lado del mapa. Y lo son. Buah. Son buenísimos. Joyas. Uno de ellos sin duda es los dosmiles. Del otro hay vídeo fantástico, se llama "Papelitos de locura". Próximamente los resenio.
mitad jackie mitad perón cristina |
Leí el seminuevo Para un plan primavera de Martín Gambarotta, que trae poemas de Relapso+Angola (como ese tan bueno que empieza "Tanta cámara preanuncia la muerte de la cámara"). Y trae este poema giratorio-rotatario-redondo. Y trae este poemita que si te aprendes de memoria funciona muy bien en invierno en las casas con plagas, en el invierno introspectivo de estar peleando por una duración dentro de una inestabilidad, o este invierno de 013 por aquí por Tetuán: "Bienvenida perdida Eme / a la aldea de los huraños / las hormigas cuentan los días / las arañas cuentan los años" Es un rimador fenomenal Gambarotta. Y bien sé que por eso no es por lo que pasará a la historia, pero sí a algunas memorias, como la mía. Me acuerdo de rimas de Seudo que siempre me hacen sonreír ("la gallina en su cama de paja / empolla el huevo en una caja / la tierra para quien la trabaja") Seudo es un librazo - por cierto que salió en Liliputienses, gracias a José María Cumbreño - ¡alto editor que publica de lo mejor!
Y leí el nuevo de Martín Rodríguez, que es un autor que siempre me ha gustado mucho y que yo creo influyó bastante en ready - por cuanto ready sea un poemario bastardo argentino a su manera. Paraguay prometía muchísimo porque la operación de volverse hacia el pasado-fundacional de la nación (su violencia, su discurso, su imaginario) desde Poesía civil de Sergio Raimondi (también en Liliput) como que sale bien a los poetas de esa generación; y porque el paisaje paraguayo para un poeta que como Rodríguez ya lo había trabajado en otros textos. Guerra y Paraguay, parecía premio seguro. Los símbolos constantes de Rodríguez son el río, el niño (el niño enfermo), el huevo, el gallo, el albino, la lamparita, el talón [...]. Aquí son el niño (el niño soldado), la pava abollada, el arroz / la primera luz, [...]. Y hay momentos increíbles, restallantes, pero como que me parece que no salen tan apretados y densos los poemas como los de Lampiño o Maternidad Sardá o, mi preferido de todos y de todos los libros y obras de río (que son mi perdición): Paniagua. O incluso los de Para el lado de las cosas sagradas, el anterior de él, que ya trae este discurso familiar-nacional y rural que a mí me interesa, por lo inquietante y por lo brillante y por lo ambiguo por lo ambiguo por lo ambiguo. E igual, versos como: "Agua dulce que nunca conocerá el mar, / porque es un país que no conoce el mundo"; "Si el mar es la patria común de las naciones, si el vapor / es el brazo del cristianismo, / si hay amor, / si hay cristiandad y comercio: / hay un río llegando al mar" me gustan mucho.
ready entre la zanjita y paraguay ¡qué suerte la de ready! |
Ahora leo a Marcelo Díaz, y alucino. También ha publicado en Liliputienses, Blaia, que aún no leí. Pero joya, qué cerebro. Me gusta y leo todo esto así a barullo ya que puedo, ya que no vivo allá y puedo disfrutar de textos sin apenas contextos. Para quien quiera : de Lima contrabandeé una tremenda bolsa de Vox a la librería Arrebato (La Palma, 21) - copio aquí el inventario por si alguien quiere ir a buscar como locx novedades del país de la poesía vox:- Washington
Cucurto, Hombre de Cristina x 10 ejemplares - Washington Cucurto, El hombre polar regresa a Stuttgart x 3 - Walter Lezcano, Humo. - Facundo Giménez, Cena x 2 ejemplares
- Horacio Fiebelkorn, El sueño de las antenas
- Marília García, 20 poemas para tu walkman
- Germán Arens, Siempre cerí que los zombis eran los protagonistas de un subgénero de terror clase B
- Juan Diego Incardona, Amor bajo cero
- Daniel Samoilovich, Los dijos
- Martín Rodríguez, Paraguay
- Washington Cucurto, La pajarera de Once
- Francisco Garamona, Esculturas topiarias
- Juan Desiderio, La zanjita-Barrio trucho-El asesino de dios x 2 ejemplares
- Fabián Casas, El spleen de Boedo x 2 ejemplares
de poesía de Perú traje y leo a Jerónimo Pimentel, a Manuel Fernández, a Ana Carolina Díaz Quiñones, que por cierto publicó Vox, a Mario Montalbetti y a Rafael Espinosa. Y a Tilsa Otta. Son los que más me gustaron de / allá. Pronto;;;noticias. Cuando me dé la cabeza, que es que voy muy lento este otonio-invierno.
3 comentarios:
¿Cómo que de dieciséis poetas sólo nombras a tres mujeres, dos de ellas apenas por encima?
Gracias por pensar la respuesta.
ola.
pues el dato me da que pensar, claro. Y no lo había pensado, la verdad. Sin conocer bien los contextos, estaría casi segura de afirmar que esta proporción 3/16 casi seguro no representa el número de poetas argentinas de los 90 y 00 que hay. He mirado los otros otros libros que traje de Vox, y tengo tres nombres más que aún no leí. Empecé con estos nombres que (salvo Blatt y Díaz) son los que conozco desde que fui a Argentina en 2006; y los que más me gustan. Entonces, también leí a Romina Freschi, Julieta Lerman, Gabriela Bejerman, Anahi Mallol, Karina Macció y Laura A. Y conocí a Germán Weissi, que editaba a chicas en una serie de plaquettes llamada Color Pastel. Creo que de Color Pastel me traje 40 números. Así que la verdad es que diría que no es nada proporcional el dato que yo ofrezco en este post.
Entonces, ¿de dónde nace esta desproporción? Me tienta decir que una buena parte nace de algo tan poco problematizado como puedan ser mis gustos; porque por ejemplo al pensar en mi lista de poemarios preferidos de los 90 y 00 en espania está casi al cien por cien escrita por mujeres. Y al pensar en escrituras-fuera-de-poemario que estén pasando y me apasionen hoy ahora aquí, también. En proporción diría que 2/50. Pero bueno, me invitas a pensar, y entonces no me quedo ahí. ¿Hay algo más oscuramente patriarcal en mi gusto? ¿Y algo más estructuralmente machista en el sistema poético argentino? A las dos preguntas creo que se puede contestar que sí más o menos. ¿Y se han cruzado los dos -mentes para desproporcionar los números de un porcentaje que tengo algo más balanceado, por no decir invertido, cuando leo en la península? Seguro. Seguro que todo eso pasa. Y que me pasa a ciegas. Y reconozco que me recuerda al hecho de que también me ayudaron a darme cuenta de que en el archivo que manejo para la tesis sólo había dos mujeres entre decenas de nombres de hombre. En ese caso rebusqué en el archivo y no salieron apenas más nombres, y escribí algo a propósito, argumentado y no en el estilo de este post rápido sobre gustos. Es un texto que creo que me gusta – a ver si un día lo cuelgo en este blog. Pero ahora así al pie de un post, en este punto de reconocimiento, en que se puede llevar el dato a varias discusiones interesantes (sobre gustos, ambiguedades, contradicciones; sobre poesía argentina (que igual estaría bien contextualizar mejor y describir con precisión cómo funciona la escena allá, ¿tú sabes?); sobre géneros; y sobre identidades, militancias y escritura) (se me ocurren pocas escrituras menos masculinistas que la de Ríos; mis identificaciones mitológicas como poeta casi siempre han sido con hombres (cómo no); bastantes veces he recitado en espacios en los que soy la única chica; me gustan muchas cosas que no parecen correctas; corrompo bastante mis enunciados políticos por adentro, y creo que así se hacen complejos; cuando salgo a la calle a protestar me gusta ser un cuerpo más nomás; salvo una vez por unos colegas, no firmo manifiestos para seguir siendo ese cuerpo así a bulto; cuando leo estoy aún más desagregada, leo en diversos cuerpos y en mi memoria de todos ellos, de todos los que he sido y soy y quiero ser y sería; como el de la calle, que es uno así precario; con un libro puedo pensar en igualdad; cuando estoy en una situación de dominación en cambio suelo contar con menos opciones de respuesta; en la calle y en la lectura, en ambos casos creo que soy menos que yo o más que yo, y es un modo de vivir que me gusta) ¿cuál es la que te apetece a ti? ¿Por qué me lo decías a mí?
abrazos:: m
Anda,
intuyo que lo que quieres venir a decir ahí hacia el final es que lees lo que te da la gana. Cosa que a mí me parece muy bien, y que por supuesto no se trata de juzgar lo patriarcal o feminista de tu gusto.
Quizá sería interesante explorar eso de cómo funciona la escena allá -que no, yo no sé-, o al menos a priori interesa más lo estructural así en un blog que es personal pero que está abierto a que venga cualquiera a juzgarte. Quizá sería interesante que publicaras el texto aquel argumentado. Y seguro es interesante hilar más fino y no andar reparando en si los cuerpos son leídos como hombres o como mujeres, sino en cuestiones más de fondo sobre el masculinismo, o el machirulismo, o la feminidad o esas cosas de color pastel, que preferimos hacer como que no existen pero que sin duda son mucho más relevantes para entender lo patriarcal de nuestros gustos. Y hacer notar siempre que nuestros gustos son lo de menos, que lo de más es contribuir con nuestras cabezas y cuerpos a que todo el mundo pueda gustar y gustarse sin constricciones. Sin juicios.
Por ahí iba yo, pero ya, aquí lo dejo.
Gracias por la respuesta.
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