1.4.21

en San Sebastián en un cuarto en un hotel de cuatro estrellas muy de mañana. En el Museo Oteiza de Pamplona a solas  contra la ventana que da al fresno, justo antes de hacer Salitre, cada cambio de rayo de sol. En Navarrería. De noche en el estudio 2. En julio en los tres grados de calor menos de la dehesa leyendo poesía, en los tres más grados de calor de la extinción escribiendo rekord. En el dolor y el miedo y el pánico y la pena y la incertidumbre, y afuera de todo eso. En un sueño en el que digo la palabra "casa" para que pase lo que "casa" significa y es también sexual. De vuelta en el cuarto pequeño. En el baile y en la conversación continua con lxs amigxs de siempre con quienes cada vez, y sorprendentemente, puede una hacerse más amiga. En la tesis de Erea, la mejor. En el primer paseo tras el confinamiento. En la playa amplia de Tarifa, en la alberca de Córdoba y la azotea de Nerja. En San Sebastián en un cuarto en un hotel de cuatro estrellas que de pronto es casa muy de noche. Running up that hill. En la plaza de Hernani, muy a gusto. A oscuras en un lugar oscuro y a claras en uno claro. Con Fran, a deshoras, de nuevo con ganas. En pijama en el patio de Zé dos Bois bajo la lluvia. En el claro más nítido y bello del mundo, sorprendida ante él. En Aifareira, castañas marrones, rojas, granates, podridas y brillantes sobre una inclinación extrema por la que baja la luz. Con mi hermana. En la franqueza de corazón. En volver a hacer performance, tras año y medio, y acordarse de la vibración. En Conde Duque, el Frag. 2. En Las mil y una en el cine en San Sebastián, una chica con coleta que mira hacia donde bota la pelota y recorre calles y no puede expresar sus cosas directamente, y deja notas y quiere eso, aunque cueste. En el deseo y la libertad, aunque cuesten. En el arte de lxs que van a por todas y no especulan. Una versión  feminista de Sé un héroe, sé marginal de Oiticica. En San Vicente Raspeig en la piscina de una residencia vacía. En un piso décimo de un hotel de aún más estrellas, desde su azotea, Madrid, se ve como lo que es, la Mancha, y nuestra gran pasión por eso que es posible sin serlo: el gran error. Con Paula. En un album de fotos perdido, soy tan joven y tan bello que no tengo pasado. En el eterno retorno al ojo del huracán del torbellino, si es que eso existe. En marzo el mar es frío porque viene del invierno, en septiembre el mar es cálido porque viene del verano. En el parque Cristina Enea. En el boxeo. En la vida, más vida, mucha más, toda. Hasta los 105, uno más que Nicanor.

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