25.7.18



De nuevo en Solitude, a treinta grados más que cuando me fui de aquí en febrero. Me dejaron regresar por dos semanas para escribir algunas cosas y probar otras. Stuttgart es tan quieto y es tan rico (de adinerado) y silencioso que parece que no existe. Porque no vibra. Parece un decorado. Como no entiendo el idioma escucho su melodía principal. Vi a Michael y fuimos a pasear hasta el lago, que ya no está helado. Vimos ranas chiquititas, una libélula y una culebra color de oro (no sabemos si porque no llevaba camisa) que al meterse entre la hierba no se veía, como si fuera color de tierra. el nombre en alemán, me dijo Michi, es algo así como "ciega" y como "movimiento sigiloso". Y eso es todo lo que vi, y así contado, suena muy melancólico, pero no. O sí. O de ese tipo leve, no va más.

No hay comentarios: