Aníbal Núñez,
el poeta que no deja dormir a las cosas,
que las mantiene en vela.
El exacto.
El hermoso.
El pueblo elegido.
El antepasado que escojo.
que las mantiene en vela.
El exacto.
El hermoso.
El pueblo elegido.
El antepasado que escojo.
4. EL ESCORPIÓN
El escorpión no acaba
de creer en la belleza. Sobrepone
al espejo la imagen del hachazo
que multiplique el vértigo. Prefiere
al fin el alma del azogue
sin imagen alguna.
En el taller desprecia
con dulce encogimiento a los artistas
que nada dejan al azar y sombra.
El escorpión, desnudo, al fin confía
en que lo inerte (hidrógeno
que desprende la huella,
aire apesadumbrado sin dolerse,
piedras hechas cobijo, amañadas, alzadas
según planes humanos…) le limpie la carroña
del aguijón, le iguale a aquella esfera
que le marcó al nacer: Marte, el violento
planeta rojo que, inocente, fulge
y no admite oraciones.
(de Cuarzo [manuscrito], 1976;
en Obra Poética I, Hiperión, 1995, 281-282)
1 comentario:
Por fin puedo escribir algo. Un beso de un escorpión.
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