Anoche cenamos sueño J, mme h y yo, estábamos muy cansados. Hablamos de los secretos.
Concluimos que: la condición del secreto consiste en su relación con el porteador. Un secreto-al-portador, prêt a porter, pesa o resulta insoportable en función de su precio y su hechura en el cuerpo de quien lo viste y paga.
J dijo que lo terrorífico del secreto es que rompe la imagen que uno tiene públicamente de sí mismo. Si se supiera el secreto, por tanto, no se sabría de ti: el secreto te desplazaría.
MMEH dijo que, por confiar en la bondad de los desconocidos, sólo a estos de verdad les relatas el secreto. Compañeros de autobús, gente en las estaciones, solitarios de barra. Convinimos que este gesto que transforma la cortesía en intimidad parece anglosajón pero sucede anywhere.
Yo pensé en los secretos no prohibidos ni trágicos, pero tan privados que apenas se pueden hablar. Por ser secretos, no obstante, sólo quieren ser hablados, sólo se quiere hablar de ellos. ¿Y qué dices si ni siquiera puedes decir por qué qué cómo? Intimidad dentro de la intimidad, metaintimidad, secretos secretos, amor secreto al amor, tristeza avergonzada de estar triste, nostalgia sin objeto, una vez que no estuviste-ni dijiste-ni hiciste, una hache muda, un chiste que no tiene excesiva gracia, pero que por dentro te desternilla, ¿se dice así?